Babadook no es una película de terror convencional. Sí que parte de una premisa que ya conocemos: el niño dice que hay un monstruo en el armario, pero a partir de aquí reúne una serie de méritos que la hacen destacar entre las películas de terror genéricas que bombardean nuestros cines.
Lo primero que llama la atención es su apartado visual. Como ya se veía venir desde el póster, es una película que se preocupa por su estética. Los planos dan la sensación de estar muy cuidados, como si de una película de Wes Anderson se tratara (vale, quizás no al nivel enfermizo de este hombre). Algunos ayudan a transmitir muy bien la angustia de la protagonista, como ése de la lámpara que aparece cada vez que se asoma por las sábanas y coincide con lo que ella está viendo en ese instante. Ay, cuánto juego da el planito de la lámpara...
Otro punto a señalar aquí: la película es bastante luminosa y colorida para pertenecer al género al que pertenece. Esto le confiere una atmósfera única.
Sin ponernos demasiado técnicos -cosa que no puedo permitirme pues carezco de conocimientos de cine-, podría concluir que la película es bonita a nivel formal.
¿Y qué herramientas usa para transmitir terror esta película de terror? Pues yo diría que destaca más por las que no usa. No hay golpes sonoros tras un alargado silencio como recurso para hacerte botar en la butaca, lo que agradezco ENORMEMENTE. Creo que el mayor problema que tiene este género en la actualidad es que confía en asustar con estos golpes sonoros o sustos repentinos en lugar de valerse del terror psicológico, mucho más sutil pero efectivo. Así lo que logran no es asustar de verdad, sino provocar una reacción refleja ante la sorpresa que es natural en nuestro cuerpo. Como sobresaltarse cuando explota un petardo en la calle.
Tampoco hay escenas de violencia gratuita o excesivamente gráfica. No las necesita, es una película elegante. En su lugar tiene un libro de desplegables que predice ciertos eventos funestos. ¿Se llegan a cumplir? No spoilearé nada.
Babadook representa la pérdida no superada. Por eso vive en el sótano con todas las cosas del marido. Su empeño en «entrar» simboliza las emociones que la madre reprime a duras penas y amenazan con apoderarse de ella. Finalmente supera su duelo pero hasta cierto punto, porque aunque Babadook deja de molestarles, acaba encerrado en el sótano y es alimentado diariamente cual mascota, como metáfora de la pérdida superada pero no olvidada.
Fin del spoiler. |
Y los guiños al cine de terror clásico, un factor más que eleva esa elegancia que tiene la película. Desde las películas que iluminan el salón noche tras noche hasta el propio diseño de Babadook, referencia directa a Nosferatu.
Me gustaría que esta entrada sirviera para que si algún lector descarriado se topase con ella por casualidad, le diera una oportunidad a Babadook la próxima vez que pretenda ver la enésima película de sustos baratos. Ah, ¿que prefieres una de ese estilo? Pues recuerda que if it's in a word or it's in a look, you can't get rid of the Babadook.
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