sábado, 9 de mayo de 2015

Splatoon. Primeras impresiones tras la demo.

¡Ay, Nintendo, pero cómo se te ocurre lanzar una demo ÚNICAMENTE el sábado 9 de mayo, y en horarios específicos (de 13 a 14h y de 21 a 22h)!

Creo que sólo voy a poder jugar a Splatoon una hora en total, porque esta noche tengo ciertos compromisos sociales (quién pudiera cancelarlos...). Eso sí, ¡vaya hora! Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien. Es como si hubiesen investigado científicamente todos los componentes de la diversión para luego mezclarlos en un colorido cóctel.




La demo arranca con la «creación» de tu... lolita cefalópoda humanoide. Eliges sexo, tono de piel y color de ojos. Poca cosa en comparación con las amplias opciones de personalización que nos ofrecerá el juego completo tras su salida el 29 de mayo. Después, un breve tutorial en el que aprendes a moverte, disparar tinta, convertirte en calamar, y las mecánicas resultantes de estas acciones. Vamos, traducir en botones lo que ya habíamos visto en los Nintendo Direct. Mi primera sensación es de incomodidad al manejar el eje Y de la cámara con el giroscopio del gamepad. Según dijeron, existe alguna opción para controlar ambos ejes con la palanca derecha, así que sin problema. De todas formas, la incomodidad desaparece una vez te acostumbras. Es tan fácil hacerse a los controles que se los he explicado a mi hermano en diez segundos y ha hecho una buena puntuación en su primera partida.

Una vez terminado el tutorial, puedes acceder a las partidas PvP. Los equipos se forman aleatoriamente y tienes cuatro armas para elegir. Dado que cada partida dura tres minutos (algo que sobre el papel no suena muy bien, pero en la práctica funciona), me ha dado tiempo a probar todas varias veces. Y por supuesto, tengo una favorita: el todopoderoso RODILLO.


EL HERALDO DE LA DESTRUCCIÓN.


Jugar con el rodillo favorece un estilo de juego muy agresivo. Parece pensado para ir a la vanguardia del equipo, pintando amplias porciones de terreno para los compañeros que vienen detrás. Recordemos que el objetivo de este modo de juego (el único disponible en la demo) es cubrir la mayor extensión del mapa posible con el color de tu equipo, así que un arma como ésta resulta de gran utilidad. Y no sólo es una bestia parda pintando, ¡también aplasta enemigos que da gusto! Puedes utilizarlo como una apisonadora y embestir a cualquiera que se cruce en tu camino, o agitarlo para lanzar una potente salpicadura de corto alcance, el equivalente a una escopeta en shooters de corte más realista.

El resto de armas disponibles eran dos «rifles de asalto» estándar, entre los que no he notado ninguna diferencia significativa y el rifle de francotirador, que parece un poco más difícil de usar. En cualquier caso, la versión completa contendrá muchas más.

Tres minutos me parecía poquísimo para cada partida, pero lo cierto es que hay tiempo de sobra para pintar el mapa entero varias veces. Splatoon es frenético, y eso me encanta. La experiencia jugable es un no parar, avanzas con el rodillo por la zona enemiga, cubriéndola de tu color y aplastando a los jugadores despistados que te encuentras, nadas por la tinta en forma de calamar, para esquivar proyectiles o escalar una pared y sorprender a alguien por la espalda... ¡diversión pura! Además, no he notado el menor indicio de lag, pese a estar jugando con japoneses.

El intento de Nintendo por explorar el género shooter tiene una pinta maravillosa, Splatoon es fresco e innovador, justo lo que necesita una empresa que lleva años sin crear una nueva franquicia. Y aunque es bien sabido que la gran N flojea en el apartado multijugador (y toma decisiones estúpidas como no incluir chat de voz en un juego tan cooperativo), confío en que salga algo bueno de aquí.

Por lo menos a mí, esta demo me ha vendido el juego.

Y para terminar, dejo por aquí el Nintendo Direct sobre Splatoon del viernes, por si os interesa profundizar en el juego. ¡Un saludo!






¡Intercambio equivalente, te daré la mitad de mi vida, así que dame la mitad de la tuya!



Debo tener una piedra filosofal, porque viendo esta serie he ignorado la ley del Intercambio Equivalente: a cambio de veinticinco horas de mi tiempo he obtenido una historia...

... con unos protagonistas motivados por razones más profundas que ser el ninja/pirata/loquesea más poderoso. Edward y Alphonse buscan redimirse por un terrible error que cometieron en el pasado, asumiendo que son los únicos culpables de su imprudencia y los únicos que podrán recuperar sus cuerpos, valiéndose del conocimiento acumulado en sus viajes.


... que trata de maravilla a sus personajes secundarios, dándole a cada uno el protagonismo apropiado. Prácticamente todos tienen sus momentos de gloria y están desarrollados como merecen. Incluso los más insignificantes participan activamente en la trama, algo inaudito en este tipo de historias, y sin duda, lo que más me ha sorprendido.


... que expone los principios de la alquimia de la forma más científica que puede permitirse una historia de ficción, pese a que la interpretación de la misma apunte más hacia la magia.


... que aborda con gran acierto temas tan delicados como el racismo, el genocidio o la bioética.


... que no toma por tonto al espectador. Es una serie en la que las personas mueren cuando son alcanzadas en órganos vitales, y además se mueren de verdad. Las espadas cercenan miembros y las explosiones carbonizan cuerpos. Los personajes son mucho más humanos que en otras series, siendo capaces de darse por vencidos si la situación lo requiere en lugar de actuar cegados por sus emociones. Además, rehúye todos esos odiosos tópicos de anime como el poder de la amistad o los power-ups absurdos.


... que cuenta con villanos y mujeres rebosantes de carisma, dos tipos de personajes que suelen salir mal parados en obras de este género. La serie ahonda en la psicología de los antagonistas, librándolos de maniqueísmos y permitiéndonos empatizar con ellos. Son suyas, además, algunas de las mejores frases y reflexiones, como comentaré en el spoiler. Las mujeres son abundantes y relevantes. Tienen mucho que hacer y decir, y en ningún momento se ven eclipsadas por el elenco masculino.


... cuyos personajes siguen una progresión de poder razonable, si es que llega a haber progresión. Como ya he mencionado, no hay power-ups drásticos, el estilo y nivel de combate de cada personaje se mantienen a lo largo de la serie, pero sí que idean nuevas aplicaciones de sus habilidades. Por si esto fuera poco, las escalas de poder son bastante realistas, de forma que tanques, granadas o incluso pistolas puedan suponer una amenaza importante.


... acompañada por una banda sonora magnífica, que aumenta exponencialmente las sensaciones transmitidas por las escenas que mejor uso hacen de ella.


... con un epílogo de lujo, que comprende el último capítulo entero y cierra la historia de todos los personajes, dedicándole a cada uno el tiempo necesario.



Sí, definitivamente debo tener una piedra filosofal.





¡Eh, que no he terminado! Dejo aquí unos apuntes adicionales sobre la serie que he preferido ocultar por su alto contenido de spoilers:


Es a partir del atentado contra Hughes cuando te das cuenta de que esto va en serio. De repente, te encuentras lamentando la pérdida de un tipo con el que apenas te había dado tiempo a empatizar, y es que si por algo destaca Full Metal Alchemist es por sus personajes.

 Ya lo he mencionado antes, pero creo que lo mejor de esta obra es lo bien que trata no sólo a los protagonistas, sino también a los secundarios. La serie no se olvida de Havoc cuando éste sufre su accidente, no menosprecia a los personajes sin alquimia, sino que, contra todo pronóstico, ¡son útiles de verdad! Desde María Ross urdiendo la trama de Mustang hasta Riza Hawkeye, siempre cubriendo la espalda de su coronel. Incluso las quimeras tienen sus momentos. Ningún personaje me ha dado la sensación de ser un florero y muy pocos me han dejado indiferente.

Riza salvando al tonto de Mustang.


 Quiero hacer una mención especial a las dos escenas de Roy Mustang que involucran homúnculos siendo carbonizados. El sufrimiento que transmite Lust con sus gritos nunca se me borrará de la memoria, pero el encuentro con Envy va todavía más allá. La escena en cuestión cambia radicalmente tu percepción del homúnculo y puedes sentir su angustia con cada chasquido de dedos del alquimista de fuego. El antes orgulloso y fanfarrón Envy es incinerado una y otra vez hasta desmoronarse física y psicológicamente, momento en el que revela su auténtica naturaleza y da lugar al -en mi opinión- mejor momento de la serie: «¿Yo, Envy, celoso de los humanos? Y lo peor de todo es que este maldito crío entiende cómo me siento».

Y hay muchos momentos más que no voy a comentar, como la promesa de Ed al cuerpo de Al, la batalla contra Pride, Hohenheim frente a la tumba de Trisha o la frase con la que titulo esta entrada. Lo cierto es que tengo que dejarme cosas en el tintero, pero esto se alargaría demasiado si tuviera que mencionar todo lo que me ha gustado, así que comentaré brevemente los pocos puntos negativos que le he visto a la serie. Para empezar, las bromas sobre la estatura de Edward, que no llegan a cansar pero la verdad es que se repiten un poco, además de sacar ese lado infantil del protagonista que tanto gusta a los japoneses, pero que a mí no me convence. En cualquier caso, es una tontería, no hay que darle muchas vueltas. El otro punto negativo que he encontrado es el exceso del Deus Ex Machina en los últimos capítulos. Me refiero a todos esos momentos en los que un personaje aparece y salva a otro. Aunque no sé hasta qué punto estamos hablando de este recurso narrativo, porque los elementos que aparecen para solucionar el problema no son ajenos a la historia, sino que habían sido introducidos previamente.

 Y sin embargo, estas nimiedades no empequeñecen lo más mínimo todas las virtudes por las que le pondría un pedazo de 10 a esta obra maestra de la animación.



miércoles, 6 de mayo de 2015

Under the Skin. Scarlett Johansson desnuda caminando hacia atrás.





Quería dedicar una entrada a este extraño y perturbador engendro (en el mejor sentido posible) cinematográfico que descubrí hace unos semanas. Supongo que acudí a la película atraído por sus dos reclamos más llamativos: la trama, que difícilmente podría dejar indiferente a nadie (Scarlett Johansson interpreta a un alienígena que, disfrazado de Scarlett Johansson, se dedica a seducir hombres para llevárselos al catre y comérselos) y el desnudo integral de la actriz que tanto revuelo había causado meses antes. A ver, no es que viese la película de propio para disfrutar de la Viuda Negra en paños menores, aunque debo reconocer que como incentivo es un recurso efectivo. Pero me interesaba más el hecho de que una actriz como ella, que suele moverse por territorio blockbuster y es conocida mayormente por los mismos (o esa sensación me da), hubiese decidido apostar por esta película, y lo que es más, creerla merecedora del primer desnudo integral de su carrera.

Lo cierto es que Under the Skin es una buena película de ciencia-ficción, o al menos, de las que a mí me gustan. Si bien la premisa de partida parece estar ideada únicamente para alimentar el morbo, debo advertir que la película puede llegar a decepcionar si esperas ver Saw con extraterrestres. Abstenerse adolescentes con descuartizamientos y ríos de sangre en mente. Y también aquellos en busca de nuevo material onanístico (es algo que entiendes durante su visionado). Bueno, hay un plano detalle de los labios de Scarlett comiendo tarta que contiene más erotismo que cualquier desnudo de la película. Con eso sí que os permito fantasear.






Under the Skin no es esa trama de película de serie B que nos vende en su sinopsis, sino más bien un curioso retrato de la condición humana desde un punto de vista ajeno a nuestra especie. Un debate interno entre las directrices a las que el alienígena está sujeto y la curiosidad irrefrenable que, como ser inteligente que es, le produce un entorno que invita a ser explorado.

Es una película sutil. En ningún momento se verbaliza la trama, nadie te explica que estás ante una cosecha de humanos orquestada por un grupo de extraterrestres, es algo que se sugiere. Para que os hagáis una idea, la primera escena de la película está compuesta por una serie de imágenes abstractas que parecen evocar un viaje espacial, mientras la voz de Scarlett Johansson ensaya distintos sonidos del lenguaje humano. ¡Esto es narrar aprovechando los recursos del cine! A estas alturas, Christopher Nolan ya nos habría contado hasta cómo cagan estos seres.

En ocasiones, el ritmo de la película puede llegar a aburrir, lo entiendo. Hay largas secuencias en las que Scarlett no hace más que mirar a los transeúntes que pasan por la calle, pero si nos metemos en la piel de un alienígena analizando la fauna urbana, se hacen muy llevaderas. Otras escenas se me quedarán grabadas en la memoria por siempre, y es que Under the Skin contiene algunas de las imágenes más DESAGRADABLES que he tenido ocasión de ver en una película. Pero no estoy hablando de sangre, heces, cadáveres ni nada que pueda generar una sensación de asco. No es desagradable como El ciempiés humano. Lo que te deja jodido es el choque frontal de la ética alienígena con la humana en ciertas situaciones. Sólo diré una cosa: escena de la playa.

Under the Skin es la segunda vez que descubro a Scarlett Johansson en un papel peculiar, pues ya en la maravillosa Her consiguió impresionarme interpretando a un personaje incorpóreo únicamente con su voz, (motivo por el cual en este caso recomiendo la versión original, si la ves doblada te pierdes el 100% de su interpretación). Me encanta verla apostando por proyectos inusuales y creciendo como actriz. Y que arriesgue y salga de la zona de confort que suponen superproducciones como Los Vengadores o Lucy. Sin duda, ha demostrado ser mucho más que una cara bonita.

En definitiva, ¿te gusta la ciencia-ficción? ¿Te gusta Scarlett Johansson? ¿Dirías que estás un poco enfermo? Pues te gustará Under the Skin. Y si no, siempre podrás disfrutar de sus bellos parajes escoceses, que dudo que disgusten a nadie.